Del Mito a la Filosofía

Nada viene de la nada, tampoco la Filosofía; ya que fue elaborada a partir de los mitos, aunque después se opondría firmemente a ellos. Por siglos, no sin razón, se ha considerado que la Filosofía es una forma de pensamiento incompatible con los mitos. O se piensa como filósofo o se cree en mitos, es imposible hacer las dos cosas al mismo tiempo. 
Esto es cierto, como veremos, pero la Filosofía es ante todo pensamiento, y es innegable que las primeras formas del pensamiento fueron los mitos. Esto significa que en algún momento y de algún modo alguien , quizás sin darse muy bien cuenta de lo que hacía, tomó algunos elementos básicos de los mitos, y construyó con ellos la Filosofía. 
Los mitos más importantes son los que cuentan la creación del mundo. En lenguaje mítico, hay que entender que “mundo” es la realidad tal como el hombre la percibe, ordenada y con cambios cíclicos: la noche siempre sigue al día, y viceversa. Lo mismo ocurre con las estaciones: todos los años vemos pasar la primavera, el verano, el otoño y el invierno, en este orden. Pero los mitos nos cuentan que esto no siempre ha sido así, y nos advierten que nada garantiza que lo sea por siempre… 
Según ellos, el mundo ordenado y regular que habitamos fue creado por los dioses a partir del caos. Los primeros filósofos conservaron del pensamiento mítico la idea básica de que el mundo ordenado en que vivían había emergido a partir del caos. Pero se distanciaron de él al sostener que el orden no se había originado por la decisión de dioses parecidos a los hombres, sino por la acción de lo que llamaron fuerzas en oposición: lo húmedo y lo seco, lo caliente y lo frío, principalmente. Esquematizando un poco, digamos que partieron de la misma pregunta básica sobre la que se edificaron los mitos: ¿cómo surgió el mundo del caos?, pero ofrecieron un tipo de respuesta muy distinto.
La Filosofía nunca desplazó definitivamente a los mitos en la mente de la gran mayoría de las personas. Nunca lo hizo, y no fue ese el propósito de los primeros filósofos. Es cierto que en algunos momentos de la historia la Filosofía se ha propuesto terminar con los mitos, pero nunca lo ha logrado, y ha habido muchos filósofos que han dudado que tal triunfo sea posible, o aun deseable. 
El gran logro de los primeros filósofos fue abrir paso a las genuinas preguntas y despertar en el hombre, por primera vez, el hambre de verdaderas explicaciones. Porque los mitos en realidad no son explicaciones. Una explicación es una respuesta a una pregunta, y los mitos más bien son una descripción básica del mundo. Es decir, son aprendidos desde la más tierna infancia, y en poco tiempo, quién ha vivido en contacto con ellos siente su realidad tan sólida como la de las rocas, tan cierta como la del paisaje que se tiene enfrente, como el sol que calienta la cara y deslumbra a quien intenta verlo de frente, o como los objetos que hay en la habitación en que estás sentado leyendo este libro. El pensamiento mítico no admite dudas, mucho menos preguntas.

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