Aristóteles

Aristóteles construyó su Filosofía criticando las principales ideas de su maestro, Platón. Al parecer, consideraba que era una exageración de su parte pensar que las cosas de este mundo, el mundo de los sentidos, sólo existían “a medias”, y que el mundo verdadero sólo podía conocerse con la mente. De igual modo, encontraba muy vaga y poco sólida esa idea de que las cosas del mundo sensible “participan” de las cosas del mundo de las ideas.
Aristóteles invirtió los términos de la Filosofía de Platón: para él, la realidad fundamental no eran las ideas, sino las cosas individuales, las que percibimos con los sentidos: ese hombre, ese caballo, esa mesa, esa piedra, etcétera. Para definir esta realidad primordial, introdujo una idea que sería fundamental en todo el posterior desarrollo del pensamiento occidental: la sustancia.
Ahora, por supuesto que Aristóteles reconoce la realidad de las ideas, sólo que no como realidad fundamental, sino como creaciones de la mente humana, productos que la inteligencia genera a partir de la observación de las sustancias individuales, que son, como decíamos, las cosas que percibimos a nuestro alrededor. Así, por ejemplo, tras ver muchas gallinas, nuestra mente produce la idea de gallina (la idea de la especie gallina, para ser más precisos). A este proceso mental, que consiste en producir ideas generales a partir de observaciones individuales, se le llama inducción. Al describir de esta manera el fenómeno del conocimiento, Aristóteles se aleja también de Platón en un punto fundamental: si las ideas son producidas por la mente, y no son simplemente “encontradas” por el alma gracias al ejercicio del diálogo, entonces no tienen una existencia independiente, es decir, no hay “mundo de las ideas”.
Aristóteles nos dirá que la forma para conocer algo en realidad es mediante sus causas, y nos plantea cuatro: la causa material de una cosa es la materia de que está hecha, por ejemplo, en una estatua de bronce, es el bronce. La causa formal, es la forma interior o esencia de una cosa, es decir, la organización interna de sus elementos constitutivos, sería la idea que tuvo el escultor de la estatua, cómo iba a ser, en qué posición, de una persona, de un animal. La causa eficiente, es el agente productor; en el caso de la estatua, el escultor es la causa eficiente. Y la causa final, es aquello en vista de lo cual actúa el agente o se reproduce el objeto, para qué fue hecha la estatua, cuál es su fin o propósito, recordar a una persona fallecida, adornar un parque, etcétera.
Aunque Aristóteles propone que el origen del conocimiento está en los sentidos también nos dirá que éste evoluciona hasta convertirse en la Filosofía, para lo cual debe seguir los siguientes niveles.
Conocimiento por los sentidos. Es el que se da cuando nos ponemos en contacto directo con las cosas particulares, con el agua, los árboles, nuestras mascotas, las personas, etcétera. Es un conocimiento particular que sólo nosotros podemos tener, por ejemplo, cuando aprendimos a andar en bicicleta, tuvimos que experimentar el subirnos, el mantener el equilibrio, el acelerar, el frenar, etcétera, si quisiéramos transmitir ese conocimiento, le diríamos a un amigo: es bien fácil andar en bicicleta, sólo tienes que subirte y mantener el equilibrio, pero cuando el amigo lo intenta no lo logra. ¿Por qué? Porque él no tiene esa experiencia y aunque le digamos cien veces cómo hacerlo no lo podrá realizar.
El conocimiento entendido como arte o técnica. Este tipo de conocimiento es el que se da cuando hemos adquirido varias experiencias sobre alguna actividad, como el pintar o hacer una mesa de madera. Lo hacemos de una forma tal que el producto queda bien hecho y además si lo podemos enseñar a los demás, es hacer las cosas bien y saber cómo hacerlo.
El conocimiento como sabiduría. Este conocimiento se caracteriza porque es un saber pleno, nos dice  porque son las cosas y qué son, también se divide en dos momentos: el primero, es la episteme, el saber de la ciencia, el conocimiento de las cosas materiales, el saber de las causas próximas de las cosas, porque se mueven, cuales son sus cualidades, sus propiedades, etcétera. Y el segundo el nous, el saber de los principios, el saber de las causas últimas, el saber filosófico, que se funda en los conceptos universales y en la demostración racional.
Para poder expresar este conocimiento se necesita de un método, el cual, según Aristóteles es la Lógica, representado por el (silogismo): este método consiste en partir de premisas universales y  llegar a una conclusión particular.

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