Organización Social
La sociedad azteca puede diferenciarse dos grandes clases sociales: la noble y la plebeya.
La Nobleza
El sector dominante estaba formado por capas sociales de diversa procedencia encabezadas por el linaje real descendiente del primer tlatoani (Orador) o rey mexica. Le seguían en poder y prestigio los tetecuhtin (Señores), nobles de alto rango que se habían hecho merecedores del título por los valiosos servicios que prestaron al Estado. Los Señores poseían enormes extensiones de tierras en los lugares conquistados que se cultivaban mediante siervos y ocupaban los cargos más elevados del gobierno de la nación. El tercer bloque estaba formado por los pipillin (literalmente Hijos), quienes, como su nombre indica, estaban emparentados con los monarcas y los tetecuhtin. Constituían la gran masa de la nobleza y sin ellos el imperio no hubiera podido funcionar, dado que todos los puestos intermedios de la administración, la magistratura, el ejército y el sacerdocio eran ejercidos por pipiltin.
Los Plebeyos
La clase dominada carecía de la homogeneidad que caracterizaba al estamento plebeyo de otras sociedades precolombinas. Había tantas diferencias económicas e incluso jurídicas que conviene diferenciar al menos tres estratos: superior, medio e inferior.
Estrato Superior
El primero lo integraban los pochteca, comerciantes dedicados a la exportación e importación de los productos de lujo consumidos por la élite dirigente.
Estato Medio
Por el contrario, la inmensa mayoría de los macehualtin (Merecidos) se situaba en el escalón intermedio. Su profesión dependía del lugar donde residiesen: los que vivían en las áreas rurales o en los suburbios de Tenochtitlán se dedicaban a la agricultura; los de las ciudades al comercio al por menor, a las artesanías o a los servicios (médicos, parteras, barberos, etc.).
Estrato Inferior
Los mayeque (braceros) y los tlatlacotin o esclavos constituían los estratos inferiores de la sociedad de la cultura azteca. Los primeros cultivaban las tierras de los nobles y estaban adscritos a ellas. Al igual que sucedía en la Europa medieval. Los tlatlacotin, denominados impropiamente esclavos por los cronistas españoles, gozaban de una posición jurídica que les hacía más semejantes a los siervos del Medievo que a los esclavos de la antigüedad clásica. Así, podían contraer matrimonio con personas libres, sus hijos no heredaban la condición de esclavo y tenían derecho a poseer propiedades (esclavos incluidos). Las causas que conducían a la esclavitud eran dos: la pobreza, que impulsaba a algunas personas a venderse a sí mismas, y la condena por robo u otro delito.
Comentarios
Publicar un comentario